Al mando del Presidente
Juan Sánchez continúan los desfiles del Tercio de Granaderos Marrajos, siendo
el Cabo de Escuadra Francisco Cortado, y el Oficial del Tercio Pedro Segura,
que junto con el cornetín de ordenes incorporado en 1968, hacen que los ensayos
de los Granaderos se realicen con más austeridad militar con los movimientos de
armamento, comienzo y finalización de desfiles, incorporación y salida de la formación
de bandera, etc.
Oficial del Tercio con Cadetes Viernes Santo de 1970 |
En 1971, y ante la
difícil situación económica de la
Cofradía , se plantea la no salida de Granaderos y
Judíos en los tradicionales pasacalles, no llegando dicho planteamiento a
producirse, por lo que los Granaderos y Judíos Marrajos realizaron sus tradicionales
pasacalles.
Este año de 1971,
es nombrado Cabo de Escuadra Pedro Lizón, manteniendo en la Escuadra su forma airosa
de desfilar por la que seguían recibiendo continuas ovaciones.
Pasacalles de 1972 Pedro Lizón - Cabo de Escuadra |
La primera década de los
setenta, comienza con una continua amenaza de lluvia para los marrajos, mojándose
en la madrugada de 1971 y el Viernes Santo de 1972, haciendo que el paso
animado de los Granaderos y el resto de hermanos de la Cofradía Marraja ,
fuese recompensado con una afluencia de publico en toda la carrera, rompiendo
en más de una ocasión en espontáneos y continuados aplausos por parte del
publico asistente.
Pedro Lizón - Cabo de Escuadra 1971-1976 Detrás José Alberto López Truque como Mascota A la Derecha de la Imagen Ángel Gómez |
Aunque algunos se
apunten la idea de vestir a los Granaderos Marrajos en 1982, no es ciertamente
de ellos, ya que en 1974 se prepara dicho cambio para la Semana Santa de 1975, queriendo
eliminar el color azul por el blanco, con el fin de volver a 1914.
Boceto de Uniforme Granadero |
Granadero de Escuadra Marrajo 1914 |
Dicho cambio es provocado
por el descubrimiento de un dibujo del siglo XVIII, en el que se aprecia un
Granadero vestido de Blanco, entendiendo que este no pertenece a la Infantería de Marina,
estando más ubicado n las antiguas Milicias Urbanas de Cartagena, pretendiendo
en todo momento acercar más a los Granaderos Marrajos, con la realidad de su
procedencia.
Ante la alarma de
algunos dirigentes Marrajos, defendiendo la errónea idea de que los Granaderos
Marrajos son copia fiel de la
Infantería de Marina de finales del siglo XVIII, dicha idea
es rechazada de pleno, pero la jugada no seria totalmente acertada, debido a
que los uniformes azules, estaban muy deteriorados, necesitando una urgente
reforma, la cual concluye en la
Semana Santa de 1975 con la realización de 32 guerreras, 61
pares de polainas negras y el cambio de las granas de los 27 trajes de música,
por un total de 146.895 pesetas a las que había que sumarle 6.000 pesetas más,
por la reparación de 53 morriones, haciendo cargo como siempre la Cofradía Marraja ,
debido a que los ingresos de retirada de vestuario por parte de los 33 hermanos
que vestían el uniforme, no llegaban ni para pagar las 38.500 pesetas que
costaban las bandas que acompañaban a los Granaderos Marrajos.
Durante la misa de
cumplimiento Pascual en la
Iglesia de la
Caridad del año 1976 (a la que asisten los Granaderos el día
del Pasacalles), se bendice la nueva bandera del Tercio de Granaderos, la cual,
cuando los Granaderos Marrajos dejaban de desfilar, esta, era colocada en el
despacho del Hermano Mayor, siendo esta una tradición que concluyo en el año
2.000.
Esta nueva bandera,
porta en la Semana Santa
de 1977 crespón negro por el fallecimiento de José Romero Font, Marical de los
Granaderos Marrajos.
En 1978 es nombrada
madrina de la Agrupación
la Srta. María de los Reyes Ibeas Romero, nieta de José Romero Font e hija del
inconfundible Marrajo José Ibeas, el cual, organiza una visita del Tercio de
Granaderos a sus casa del Poblado de Escombreras en la tarde del pasacalles de
los Granaderos, utilizando como transporte la conocida guagua de refinería.
1979 marco mi último año
de mascota de la entonces grandiosa Escuadra de Granaderos Marrajos, dejando y
marcando en mí, el sentido de la marcialidad y responsabilidad en la procesión
del Viernes Santo de este año.
Pasacalles de 1979 Cabo de Escuadra Francisco Girón |
Al inicio de la
procesión comenzó una suave y lenta lluvia, que hizo que el ritmo de la procesión
fuera más rápido de lo habitual, pero al llegar a la calle del Parque, esa
suave lluvia se convirtió en un inmenso chaparrón, siendo disuelta la procesión,
con el tradicional tercer cohete.
Al momento se produjo el
silencio de los tambores, realizando el preceptivo alto por parte de todos los
componentes, mientras que delante había un cordón de la policía, intentando llevar
al Santo Cáliz al Parque de Artillería y evitando la continuación por el resto
del recorrido.
Pero la Bizarría de aquellos
Granaderos estaba por encima de aquel torrente de agua, entre miradas del cabo
de escuadra y el presidente, se volvieron a los años sin cornetín. Mientras que
Juan Sánchez y su Directiva se subían los bajos de la tunica, el cabo de escuadra
Francisco Girón, alzo el serrucho y a la voz de “AIRE”, comenzó el sonido del paso
ordinario, diciéndome en ese momento “nene, no te separes de mi”.
Con paso ordinario más rápido
de lo habitual, los Granaderos arrancamos el desfile en dirección a Santa María,
entre “Vivan los Marrajos”, aplausos y alguna que otra lagrima de los asistentes
de las calles Serreta, Caridad, Duque, San Francisco, San Miguel y del Aire. Por
su puesto, más que desfilar corría, ya que mis entonces pequeñas piernas no me daban
para mantener el ritmo nunca jamás repetido, de aquellos auténticos Granaderos.
Como detalle desde el principio
de todas las décadas mencionadas, la organización de los Granaderos Marrajos en
lo referido a Documentos, listas de ensayos, libros de actas, etc., era nefasta,
existiendo una gran laguna en el Archivo de la Cofradía Marraja
sobre estos temas, que por otro lado, algunos piensan que toda esta historia esta
mejor en sus casas.
Respecto al ya desaparecido Tercio de Caballeros Cadetes a mediados de la década de los cincuenta, se mantiene el mascota de Escuadra en el Pasacalles, incorporándose el resto de cadetes durante la Semana Santa.
La década de los setenta
es la continuación del sacrificio económico de la Cofradía Marraja
por sus Granaderos, los cuales a cambio les ofrecían, espectaculares y marciales
desfile, con los consecuentes aplausos y vivas a los Marrajos por parte del publico.