A menos de 70 horas para la salida de la Stma. Virgen
de la Piedad, la del pueblo exaltada y venerada por Procesionista y visitantes,
brillaran con esplendor los traslados de mañana Sábado, tras los cuales dará
paso a la Gran Procesión de “La Burrica”, en donde la participación de niños y
mayores, volverán a conmover de alegría, las ya más que tradicionales calles de
Cartagena, en su plena Semana Santa.
Ya es Semana Santa, y mientras que algunos esperan
con emoción el momento de su particular desfile, se siente y se anhela, el
momento de las promesas, ese momento culminante que sucede el Lunes Santo, en
donde se busca el sitio adecuado para ir susurrándole a la Gran Madre las
particulares procesiones de la vida, o simplemente la de sus seres queridos.
Stma Virgen de la Piedad - 2011 Foto de José María Navarro Cayuela |
Existen otros, que durante el recorrido van haciendo
memoria de los que ya no están, el mismo pasó y el sonido de la banda de música
se lo va recordando, y aún así, los perfumes, las calles, el propio recorrido
en sí, hace que la mano necesite de vez en cuando del tradicional pañuelo para
la ocasión requerida.
Tantas y tantas emociones unidas y mezcladas, hacia
una madre que se la ve de espaldas durante el recorrido de la promesa, pero aún
de esta forma, tanto ella como sus seguidores, son conscientes de que se
entregan frente a frente, una con el Corazón destrozado ante el dolor de sus
hijos, y estos con el alma puesta en el dolor de la madre.
La Semana Santa Cartagenera es de por si entrañable
en cada momento vivido, bien sea por sus Santos, Vírgenes o nuestro propio
padre en su humilde pasión, esa humildad, que intenta transmitirnos durante
estos más que marcados diez días, esperando que los 355 días restantes,
actuemos con la misma humildad y misericordia, aún sabiendo que la carne es débil.
Pero el Lunes es especial para cualquier Cartagenero,
en algunos casos piensan que son dos las madres que van recorriendo las magnas
calles de la ciudad, una su patrona y la otra su “Caridad Chica”, como a más de
uno le gusta llamarla. En el dolor de ambas se unen las plegarias, mientras que
una legión de nazarenos morados con túnica de terciopelo morado, les van
indicando el camino del vía crucis cartagenero, por el cual, se van ampliando
poco a poco las estrellas, mientras que aparece la brisa marinera por la cara
de sus apasionados seguidores.
No es ni por un momento, motivo de enojo, todos
queremos y admiramos a nuestras Stmas. Vírgenes, desde la Soledad, Rosario,
Primer Dolor, Esperanza, La Pequeñica, Soledad de los Pobres, Amor Hermosos,
etc., por qué todas son una, sin ningún tipo de color, en ellas no existe el
negro, rojo, morado o blanco, existe el buen hacer del ser humano, el perdón,
la entrega, sentimientos y emociones, que convocan a una multitud en cada día
diferente.
Al concluir con ellas durante la Semana Santa con la
tradicional Salve, ellas saben donde están y por quien interceptar. Son muchas
las voces que les susurran, le suplican, le piden, o simplemente en silencio
les hablan. También saben donde se encuentran el resto del año para seguir
escucharnos.
¿Pero por qué el Lunes Santo?, ¿Qué transmite a los
Cartageneros y visitantes esa madre con su hijo derrumbado muerto en ella?,
adoración, pena, sufrimiento, dolor, expresión, amor, cada uno tiene su
reservado sentimiento hacia ella, el mío es pleno, el dolor de una madre ante
la fatídica falta de su hijo, aún sabiendo cual era su cometido, ya fue
advertida de sus siete dolores.
Pero también sucede lo contrario en su demostración
de superar la muerte en la esperanza de la resurrección, ¿es posible que un
hijo/a, sufra ante la falta de un Padre, Madre, familiar o amigo?, ella, nos
enseña que si es posible, pero al mismo tiempo nos tranquiliza el interior
durante el camino, un camino lleno de obstáculos cada vez más difícil de
superar ante esta nueva sociedad, una sociedad que por muchos cambios que
demuestre es capaz de unirse por un momento ante la Madre, en su demostración
de fe y sentimientos humanos y de caridad hacia uno mismo e inclusive por los
demás.
La enseñanza ha de ser superior a un solo Lunes
Santo, o simplemente ante una Semana Santa en donde despolvamos los atuendos o
simplemente nuestras mejores galas, a ello podemos llamarlo exterior, lo
importante es lo interior, si no, ¿de qué serviría toda esta intensa labor?,
simplemente de nada. Cada uno es consciente y nadie, ni nada, ha de juzgar los
momentos, momentos que son particulares y en ninguna circunstancia generales.
El Lunes Santo se viste de Tercio Pelo, suave ante
tantas emociones dispares del ser humano, pero ante todo y recordando algo ya
pasado, queda siempre en el recuerdo, por ello, es preferible que todos los días
del año, sean Lunes Santo…
Lunes Santo de
promesas
de promesas de tu
pueblo,
ruega tu, nuestra
Piedad
porque se cumpla
ese sueño.
Ya se anuncia la
llegada
de la que viene
sufriendo,
el sufrimiento
comparten
tus portapasos y
pueblo.
Frente a frente,
estáis las dos
a corazón
descubierto,
y al bailar con
nuestra salve
tu despertar sin
aliento,
se hacen nudos y
falsetes
por querer mirar
al cielo.
(del libro Granaderos de Bandera pág 146- Informe al Presidente Diego Lledo Fajardo)