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martes, 3 de julio de 2012

La Penitencia de un Marrajo.

Acostumbrado a las tradiciones que desde niños nos marcan, desde mi infancia, solo tuve la oportunidad de desfilar con los Granaderos Marrajos en la Semana Santa Cartagenera, tanto con el uniforme, como de nazareno en los años 1986, 2000 y 2003, este ultimo, como en una publicación anterior se edito, por mi retiro como Oficial Jefe. Tenia el Gusanillo de saber lo que sentía y vivía un Capirote en cualquier procesión. 

Desfile ante la Mesa de la Cofradía 1995 - Iglesia de la Caridad
Foto: José María Navarro Cayuela

Aquello que se escuchaba entre bambalinas sobre la penitencia y el sacrificio de estos capirotes, era un gusanillo que corría por mi interior en pleno desconocimiento, pero pronto iba descubrirlo.

Fue en la madrugada del año 2005, cuando por primera vez en mi trayectoria Semana Santera y gracias al entonces Presidente de la Agrupación de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Domingo Andrés Bastida Martínez, tuve la gran oportunidad de desfilar con dicha Agrupación, en la Procesión del Encuentro.

Nuestro Padre Jesús Nazareno
Foto: José Alberto López Truque

La ilusión era imperiosa, y los nervios me comían por dentro. La responsabilidad era tremenda, iba a desfilar en la Agrupación Titular de la Cofradía Marraja, en la que tanto mi tío, Rafael Truque Soriano, y posteriormente, sus hijos, nuera y nietos, echaron sus raíces como marrajos, siendo varias veces el reconocimiento de la Agrupación, hacia todos ellos y en especial a mi tío Rafael.

Izquierda: José Truque Raja, Rafael Truque Soriano
Viernes Santo Mañana - 1985
Foto: José María Navarro Cayuela

Tras el tradicional pasacalles de los Granaderos en la Madrugada, se organizo el desayuno de estos, en la antigua sede de la calle Gisbert. Allí, me despoje del traje de nazareno y con la ayuda de algunos hermanos, me coloque el de Capirote. Me sentía como un niño envuelto en felicidad y fantasía. El camino hacia la pescadería desde donde salia la procesión, era de puro tramite, pero interminable por las ansias de llegar, relatando en mi cabeza durante todo el camino, las normas de desfile, la posición, las salidas, los parones, y un largo e interminable cuestionario, que cada vez me ponía más nervioso.

Madrugada de 2005
Foto: José María Navarro Cayuela


Habiendo llegado a la pescadería con treinta minutos de adelanto, estos pasaron tan rápidos, que solo me di cuenta de ello, cuando me ayudaban a colocarme el capuz. Esto fue debido al recibimiento y la entrega de hermanos como: Domingo Bastida, Pedro Negroles, Pablo Bastida Barceló, Salvador Pujol Egea, Salvador y Pedro Negroles Contreras, Joaquín Escudero Ruíz,  y como no, mis primos José Truque Raja, José Truque Guijarro y Sergio Truque Mateo.


El gran amigo Pepe, Colocando Capuzes
Foto: José María Navarro Cayuela


Y llego el momento, colocación del hachote en la mano derecha, cohete y comienzo de tambores. Como punto de referencia tuve la gran suerte de llevar delante a mi primo Sergio Truque Mateo, el cual portaba la Cruz Reliquia, siguiendo la tradición de su abuelo y de su padre, siguiendo portándola en la actualidad.

Sergio Truque Mateo en el Centro
Viernes Santo de 2012


Al principio era fácil, sentía que el paso de los Granaderos era más cansado que el de los penitentes, pues la diferencia entre estos en las paradas, consistía en que el penitente se quedaba totalmente quieto, mientras que el granadero, seguía marcando el paso en el mismo sitio, aun estando parado, flexionando las rodillas con patadas hacia delante, haciendo con este movimiento, una activación de relax (cosa, que esta Semana Santa de 2012, he observado que se han cargado por completo, eliminando una tradición de más de 200 años).

Pero pronto descubriría que no era así. En la subida del Pinacho, comenzaba a entender la penitencia y el sacrificio de un Capirote. La muñeca comenzaba a doler, pinchazos en la espalda debido a la marcialidad total, y de los pies, ni contar. Eso si, los hermanos varas eran incansables, cada dos por tres se acercaban y te preguntaban si estabas bien o si necesitabas algo, una labor de gran altura por parte de ellos.

Como anécdota de este año, recuerdo cuando llegamos a la Plaza de Bastareche, como un coche intento cruzar la procesión y rápidamente, la Policía Municipal se echo encima del el para detenerlo. Un descuido del conductor, que pudo costar algún disgusto.



 Sudario y Tercio del Jesús - Paseo Delicias
Foto: José María Navarro Cayuela


Como era de suponer, en tantos años de Semana Santa, nunca había presenciado el encuentro, pues siempre me pillaba en la Calle San Miguel con los Granaderos. 

Para mi, el encuentro fue impresionante, como un esplendor inolvidable. Cuando todos los componentes del Tercio nos dimos la vuelta para presenciar el momento, y ver a nuestro Padre Jesús Nazareno junto a su Madre, se me quitaron todos los dolores que en ese momento sentía, viví algo, que es imposible explicar con palabras, simplemente, las lágrimas hablan sobre las mejillas.

 El Encuentro 
Foto: José María Navarro Cayuela


Para concluir, he de decir, que en realidad entiendo y comprendo totalmente la penitencia de nuestro Capirotes en Semana Santa, su entrega, sacrificio y como no, admiración por parte de este servidor, que estuvo con un dolor de muñeca más de 15 días. Agradezco desde esta humilde publicación, a todos aquellos que hicieron posible que esta gran vivencia, sea uno de los mejores recuerdos de mi Gran Semana Santa.

EL NAZARENO
 Boletín Informativo - Número 7 - Abril 2005 
Agrupación de N.P. Jesús Nazareno