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miércoles, 14 de febrero de 2018

ARTÍCULOS DE LA REVISTA "EL MORRIÓN" Nº 1 -2004

ALGUNOS ARTÍCULOS DE LA REVISTA “EL MORRIÓN”  Nº 1 EDITADA EN 2004 CON MOTIVO DEL 75 ANIVERSARIO DE LA AGRUPACIÓN DE GRANADEROS MARRAJOS.

PALABRAS DEL HERMANO MAYOR                      
            
La Agrupación de Granaderos de la Cofradía Marraja conmemora en este año 2004 el setenta y cinco aniversario de su fundación, y lo hace dentro de su innata modestia pero con el ánimo de dejar constancia que en este período de tiempo ha ido evolucionando hasta el punto de que, hoy en día, no sólo realiza los pasacalles y participa en las procesiones, sino que es capaz de acometer otro tipo de tareas que hasta hace relativamente poco tiempo hubieran sido impensables.

Cuando los granaderos realizan el pasacalles están anunciando al pueblo de Cartagena que las procesiones marrajas van a salir. Es una tradición que no ha variado lo más mínimo con el transcurso de los años y que permite que la ciudad viva y presienta que pronto estará la procesión en la calle.

Los marrajos tenemos la suerte de contar con una Agrupación de Granaderos digna de nuestra Cofradía y a la que le demostramos nuestro orgullo, con un fuerte aplauso, en dos ocasiones especialmente: en el desfile a la terminación de la Misa el tercer domingo de Cuaresma y a la salida del pasacalles a las 00:05 horas del Viernes Santo del Callejón de Bretau. Los granaderos son la Cofradía Marraja anunciando sus procesiones pero en dos momentos nos hacen vibrar de una manera singular. El domingo estamos deseando escuchar la Micaela y el Viernes Santo igual, aunque en este último el cornetín de órdenes ya desata la pasión de esa madrugada.

Y los Marrajos vibramos al paso de los granaderos y de sus inconfundibles marchas tradicionales, que no nos cansamos de oír y que no se deben sustituir por otras militares; no importa que se repitan, nos gusta oírlas, porque esa música tan singular nos recuerda, inevitablemente, a la Semana Santa de Cartagena, y de eso se trata.

Es ésta la primera ocasión que tengo de poder escribir sobre esta Agrupación de tanta solera y tanta raigambre y no quiero perder la oportunidad de tener un reconocimiento hacia el esfuerzo y sacrificio que supone ser granadero, las muchas horas de ensayo en condiciones climatológicas, a veces, muy adversas y las muchas horas con el uniforme y armamento desde que salen de sus domicilios hasta que vuelven después del pasacalles y la procesión.

Desde aquí les animo a que sigan como hasta ahora, que su esfuerzo hace posible el mantenimiento de una tradición que no debemos perder nunca y que los marrajos podamos presumir de tener un tercio de granaderos digno de nuestra Cofradía.

José Miguel Méndez Martínez
Hermano Mayor de la Cofradía Marraja

SENTIMIENTOS DE MADRINA

Desde que era una niña he visto desfilar a los Granaderos Marrajos por las calles de nuestra ciudad. Al escuchar un leve redoble de tambores o un lejano cornetín de órdenes, me he asomado por las esquinas soñando ver pasar a un grupo de hombres que, con su buen hacer, su marcialidad y su esfuerzo, van dejando a su paso un aire que penetra en lo más profundo de nuestros corazones y los inunda del inconfundible aliento de la Semana Santa.

Desde el segundo Domingo de Cuaresma se encargan de recordarnos la cercanía de nuestra gran Semana Santa.

A su paso todo se detiene, todo enmucede, todos los ojos se concentran y todos los corazones laten al mismo tiempo.

Pero lo que contemplamos, es el resultado de meses de esfuerzo y sacrificio por parte de los componentes de éste Tercio de Granaderos, ya que, desde enero hasta el día antes de su primer pasacalles, haga frío o calor, llueva o no, estas personas ensayan todos los días de lunes a jueves después de cumplir con sus compromisos laborales o estudiantiles.

Este año he podido vivir con ellos parte de sus ensayos, he visto su esfuerzo, y han conseguido hacerme respetar aun más a esta querida Agrupación.

He visto las lágrimas de un Granadero tras entregar el mando a su hijo al finalizar el acto de homenaje a los caídos en la Plaza de los Héroes de Cavite.

Les he visto marcar marcialmente el paso pese a tener los pies destrozados o estar ardiendo de fiebre.

Les he visto dar escolta, con sus trajes blancos al Santísimo, Durante la procesión del Corpus Cristhi. Y, por supuestos, a la Virgen del Amor Hermoso el día de su Coronación. Pero lo más importante, para mí, ha sido tener el honor de ser acogida en su pequeña familia y poder sentir junto a ellos el cariño y la admiración que despiertan a su paso.

María Dolores Ros Páez
Madrina de la Agrupación de Granaderos 2003

HEROICO GRANADERO PRESENTE EN EL RECUERDO

El día 27 de febrero tuvo lugar, en el Acuartelamiento de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid, los actos conmemorativos del 466 Aniversario de la creación del Cuerpo, que fueron presididos por el Excmo. Sr. General de División Comandante General de la Infantería de Marina. Ese día, como todos los años y en distintas localidades de nuestra geografía nacional, entre las que se encuentra Cartagena, se evoca el ímpetu de las tropas desembarcando en la isla Tercera y en San Salvador de Brasil, en Tolón y en Argel; peleando en tierra en Bailén y Tolosa en defensa de la independencia de España; derramando la sangre en Cantavieja y San Pedro Abanto durante la Guerra Carlista; operando desde la mar en fugaces incursiones anfibias, como en Parang y Joló en Filipinas; en largas campañas en tierra, como las del 2º Regimiento en Cuba o la del 1º en Larache.....

Al traer a la memoria semejantes actos de heroicidad, parece como si se contemplara entre las brumas del pasado los batallones formados en masa, con sus Cruces de Borgoña en los flancos y sus Coronelas al frente, maniobrando impávidos bajo el fuego, las guarniciones de rojo y azul tras las batayolas de los navíos de línea, prestas a saltar al abordaje sobre la cubierta enemiga, y el brío de los fusileros lanzándose al asalto al tocar el corneta “paso de ataque”.

Entre esos rostros anónimos vemos surgir el heroísmo del granadero Martín Álvarez, defendiendo sable en mano la driza de la Bandera del “San Nicolás de Bari”.

Y ya que hablamos de Infantería de Marina, a la que tan estrechamente unida se encuentra la Agrupación de “Granaderos” de la Cofradía Marraja, que preside mi buen amigo Tomás del Pozo García, no está de más conocer que sus orígenes se remontan al año 1537. Su nacimiento, reinando Carlos I, fue una respuesta estratégica a la necesidad de mantener la posición de España en el Mediterráneo y de contener la presión creciente que ejercía sobre Europa el poderío turco. Desde entonces, las tropas de Infantería de Marina han jalonado con brillantes hechos de armas – y el granadero Martín Álvarez es un claro ejemplo de ello – cinco siglos de la Historia de España.

El 27 de febrero de 1566, por disposición del Rey Felipe II, se crearon dos grandes Cuerpos de Infantería de Marina, que se desplegaron en bases avanzadas en el Mediterráneo para socorrer a la isla de Malta, defendida de los turcos por los Caballeros de la Orden. Estas Unidades fueron: el Tercio Viejo de Armada de la Mar Océano, que se formó en Cartagena por su maestre de campo Lope de Figueroa, y el Tercio Nuevo de la Mar de Nápoles, bajo el mando de su maestre de campo y fundador, Pedro Padilla.

Ambos Tercios se distinguieron en numerosas acciones por tierra y por mar, entre las que destacan la gloriosa jornada de Lepanto en 1571 y el desembarco en la Isla Tercera de Azores en 1582. Los Tercios de Infantería de Armada proporcionaron las tropas con las que, en 1717, se constituyó el Cuerpo de Batallones de la Armada Real, al que se reconoció su antigüedad de 1537 como heredero de las Compañías Viejas del Mar de Nápoles, antigüedad que ha sido ratificada por S.M. el Rey Juan Carlos I.

La vinculación con la Corona de los Infantes de Marina se manifiesta en símbolos externos, como es el uso de la Enseña Morada, que ya venía siendo utilizada desde 1717 y que hoy es sustituida por la corbata del mismo color que ostentan las Banderas del Cuerpo. Desde 1815 es, de pleno derecho, tropa de Casa Real, distinción que le fue otorgada por Fernando VII en atención al comportamiento esforzado de los regimientos reales de marina en la Guerra de la Independencia. A franja partida grana y las sardinetas de galón flordelisado que luce el uniforme son otros de los símbolos externos que así lo manifiestan. Singulares son los privilegios militares que como tropa de Casa Real corresponden a las unidades: ocupar en la línea el puesto más avanzado hacia el enemigo en el ataque y el de extrema retaguardia en las retiradas.

Los Infantes de Marina siempre supieron hacer gala de sus privilegios en combate..... y Martín Álvarez Galán fue claro exponente de ello.... y por ello fue condecorado. Se hallaba embarcado nuestro héroe en el navío “Concepción”, de 112 cañones con la insignia del Teniente General Conde de Morales, cuando el comandante mandó comparecer a Martín y después de haber mirado con atención al granadero, leyó con voz bien inteligible un documento, que extrajo de su bolsillo y que decía así: “ El Rey nuestro señor ha visto con satisfacción el denodado arrojo y valentía con que se portó a bordo del navío San Nicolás de Bari el granadero de la tercera compañía del noveno batallón de Marina Martín Álvarez cuando, el 14 de febrero de 1797, fue dicho buque abordado por tres navíos ingleses; pues habiendo Álvarez impedido por algún tiempo la entrada a un trozo de abordaje, supo también defender la Bandera que el Brigadier D. Tomás Geraldino le había confiado antes de su muerte, y con su valor hizo de modo que aquella se mantuviese arbolada aún después que todo el grueso de los enemigos tenían coronado su navío. Teniendo también S.M. en consideración la honrada conducta que en el servio observa Martín, se ha servido concederle cuatro escudos mensuales por vía de pensión vitalicia, en premio de su bizarro comportamiento; y es su real voluntad que se le haga saber esta benévola y soberana disposición, al frente de toda la tripulación y guarnición del navío donde se halle embarcado”. Señores, añadió el comandante del “Concepción” doblando la Real Orden que acababa de leer: “este es el premio que alcanza aquel que, como el cabo Álvarez, llega a ser un modelo de honradez, de disciplina y de valor. Imítenlo todos sus compañeros y la Marina Española será invencible”.

Un año había transcurrido desde que Álvarez empezó a ostentar en su antebrazo izquierdo el escudo de premio que entonces se obligaba a llevar  a todos los individuos de la clase de tropa que por acción de guerra se hacían acreedores a pensión vitalicia, y ya se le había propuesto en la Escuadra para su inmediato ascenso a Sargento Segundo. Pero generalmente el bien dura poco tiempo, como suele decirse. Si alguien ha considerado la precaución  que es necesaria en un buque de guerra para andar por sus cubiertas y escalas cuando ha transcurrido poco tiempo de concluida su limpieza y baldeo, considerará que apenas podrá hallarse un marino que en el transcurso de sus navegaciones no cuente algún golpe o caída por efecto de la humedad de que generalmente suelen quedar impregnados los pisos.

Siete años hacía que Martín Álvarez navegaba y jamás había tenido que sentir percance alguno de este género. Una mañana se hallaba Álvarez de guardia en el “Concepción” y hacía unos pocos minutos que la gente de mar se encontraba distribuida en ranchos sobre cubierta. El cabo o sargento que se encuentra de guardia está obligado a presenciar lo que comúnmente se llama a bordo el repartimiento de medios, que no es otra cosa que la distribución de medio cuartillo de vino señalado a un individuo por cada una de sus tres comidas. Aquel día le tocó esta mecánica a nuestro héroe y con la costumbre de no faltar nunca a sus deberes, se hallaba en la despensa del navío desde el instante que el contramaestre había dejado oír el agudo y preludiado sonido de su pito tocando a recibir los medios. Las escalas de popa se cubren con cierta especie de enjaretados  que suelen estar secos desde el momento en que se concluye el baldeo, sin que ningún riesgo se corra en subir por ellas. Las de proa, por el contrario, hechas de una sola pieza, se lavan demasiado y es la parte del buque que más tarde, generalmente, en quedar enjuta. Martín atravesó el sollado del navío para ir en busca de un compañero que se hallaba en cubierta y ya tenía ganados los cuatro primeros pasos de la escala cuando divisó a su amigo que le esperaba con lo que debía servirles de almuerzo. No se cuidó de ver donde ponía el pié que iba a descansar sobre el quinto escalón y lo sentó en vago sobre aquel tramo de la escala. Álvarez se balanceó hacia delante y por pronto que quiso sostenerse  fue a caer de pecho sobre el canto de la brazola. A pesar de su agilidad no pudo levantarse. El golpe le había quitado la respiración. Quiso hablar pero le faltó la voz, y solo después de haber probado a respirar con fuerza pudo dejar escapar una pequeña tos, casi imperceptible. Luego que el doctor se hubo enterado de la caída examinó el pecho del bravo Martín; aquel pecho a quien tanta metralla enemiga había respetado. Solo se percibía un largo cardenal que dejara el golpe, y pronto concibió aquel hombre experimentado en la medicina que era fácil se hubiese dañado el pulmón en la caída. Martín, dotado de una salud a toda prueba, no había tenido mas fiebre en sus treinta y cuatro años que la que le produjo la herida adquirida en el “San Nicolás”; siempre ágil, fuerte y dispuesto a cualquier trabajo, se creyó restablecido luego que transcurrieron quince días sin arrojar sangre. Olvidó los preceptos del médico y no se cuidó de ninguna de sus prevenciones.

La enfermedad se fue agravando progresivamente y las evacuaciones se repetían con frecuencia; a los quince días de vio Martín atacado de una lenta calentura que dio margen a que el médico le declarase en el primer grado de tisis. Los aires de la mar le eran sumamente perjudiciales, y si quedaba algún resto de esperanza en la cura era preciso hacerle respirar otro ambiente. En tierra, en uno de los hospitales de Brest, se tenían habitaciones a propósito para esta clase de enfermedades. Dos amigos de Martín, el fiel Lucas García y Vicente, se hallaban por distinto lado de la hamaca y cada cual apretaba una de las manos del enfermo con efusión. Aquel grupo era digno de un diestro pincel. El hospital de San Luís, adonde fue conducido el enfermo, no obstante hallarse algo retirado de la costa meridional de Brest, estaba situado en una pequeña eminencia, para su mejor ventilación y, a pesar de estar la ciudad entre el puerto y aquel establecimiento, podía distinguirse fácilmente desde sus ventanas toda la Escuadra Española, que mandaba el general Mazarredo. Aquellos dos hombres, a quienes unía la misma causa para velar por Martín, no tenían escrúpulo en rozarse con él; en respirar el mismo aliento y en ponerse hasta las mismas ropas que había sudado, a pesar de haberles predicho varios agoreros que era contagioso aquel mal. Jamás fueron escasos en prodigarle cuidados y en animarle con todos los medios de que eran capaces. Hasta muy entrada la noche estuvo Martín charlando con sus amigos. Vicente se acostó, pues le tocaba a Lucas asistir al enfermo; por este motivo, a las doce, cuando éste pidió agua, el cabo segundo se la dio atribuyendo su sed a haber comido demasiado aquel día. A todo lo hubiese achacado menos a la verdadera causa de aquel cambio: la víctima no conocía que su hora se le acercaba; pero aquel pulso disparado y aquella respiración abrasada y torpe, indicaban ya los asomos del ángel fúnebre, que batía con sus alas de muerte la pálida frente del enfermo. Vicente buscó a un practicante y empezó a correr desaforadamente por la sala gritando y despertando a todos los enfermos, sin reparar en el escándalo que promovía. Lucas seguía entretanto al lado del enfermo, contemplándole ávidamente. Sintió que Martín le apretaba la mano, que se extendía desmesuradamente y que le miraba de un modo singular. A preguntas de si quería algo, Álvarez nada contestó; tan solo un sordo ronquido que dejó escapar de su angustiado pecho llegó hasta Lucas para indicarle la postrera hora de su amigo. Cuando Vicente llegó con el practicante junto al lecho del que creía moribundo, le tocó la frente y le abrazó contra su corazón, pero ya no estrechó entre sus brazos más que un cadáver. El hijo del honrado Pedro Álvarez había dejado de existir.

En la mansión, en el refugio de los desvalidos, terminó aquel valiente granadero sus días, el 23 de febrero de 1801 contando con treinta y cinco años de edad. Aquel intrépido militar que con tanto valor había derramado su sangre por su Rey y por su Patria, falleció en un país extraño. Sus dos compañeros le erigieron a sus expensas un sencillo sepulcro, creyendo eternizar con ello su memoria estampando en él estas palabras: “A la disciplina, a la honradez y al valor”.   

Por Real Orden de 1848 se dispuso que siempre hubiese en la Armada Española un barco que llevase el nombre de Martín Álvarez. Los Granaderos Marrajos, ahora en la paz, son los continuadores de esta hermosa tradición procesionista que, en tiempos lejanos, hacían hombres como Martín Álvarez Galán y que cuando acababa el ruido del combate, tenían el remanso de tranquilidad que significaba el acompañar nuestros desfiles pasionarios. “Dichoso el que por su mérito y valor logra merecer el recuerdo honroso de la Patria”.

Ginés Fernández Garrido
Cronista de la Cofradía Marraja

JURA DE BANDERA

El pasado día cuatro de octubre de 2002, y por invitación expresa del Ilustrísimo Sr. Don José Franco López, Coronel del Tercio de Levante de infantería de marina en Cartagena, nos ofreció a la Agrupación de Granaderos Marrajos, la ocasión de jurar bandera o renovar el Juramento, invitación que nos ilusiono a todos (aunque solo pudimos hacerlo algunos directivos por razón de la edad).

El acto fue muy emotivo, para nosotros un orgullo especial, al compartir el juramento con nuestra infantería de marina (de donde proceden los Granaderos Marrajos). También, y para mayor satisfacción, habían miembros de otras Agrupaciones Marrajas y Cofradías, de nuestra querida Semana Santa, pudiendo disfrutar con la presencia de nuestra Nazarena Mayor de ese año, doña María Inés Rodríguez Gómez. Un acto del que todos guardamos un gratísimo recuerdo, que permanecerá en nuestras mentes toda la vida.

Desde estas líneas, quiero expresar mi agradecimiento y el de toda mi Junta Directiva al Ilustrísimo Sr. Don José Carlos Franco López, por invitarnos a compartir un día de emoción intensa al poder jurar y renovar juramento a la enseña de nuestra querida Patria.

SEMANA SANTA- POESÍA PARA EL RECUERDO

JESUCRISTO SE HA PERDIDO,
LA VIRGEN LE VA BUSCANDO,
LE BUSCA DE HUERTO EN HUERTO,
ENTRE ROSAL Y ROSAL.

EN UN ROSALITO BLANCO
HABÍA UN HORTELANITO,
HORTELANO DE MI VIDA,
NO ME NIEGUES LA VERDAD,
QUE HA JESÚS DE NAZARENO
POR AQUÍ LE HAS VISTO PASAR.

SI SEÑORA, SI LE HE VISTO,
ANTES DEL GALLO CANTAR,
UNA CRUZ LLEVA EN SUS HOMBROS,
QUE LE HACÍA ARRODILLAR.

UNA SOGA EN SU GARGANTA,
DE ELLA TIRANDOLE VAN,
ENTRE JUDÍOS Y JUDÍAS,
NO LE DEJABAN ANDAR.

LA VIRGEN AL OÍR ESTO,
DESMAYADA SE CAYO,
LEVÁNTATE VIRGEN PURA,
PARA LLEGAR AL CALVARIO,
QUE POR PRONTO QUE LLEGUEMOS
YA LE HABRÁN CRUCIFICADO.

YA LE CLAVARON LAS MANOS,
YA LE CLAVARON LOS PIES,
YA LE DIERON LA LANZADA,
EN SU DIVINO COSTADO.

LA SANGRE QUE DERRAMO,
CAYÓ EN UN CÁLIZ SAGRADO,
EL HOMBRE QUE LO BEBIERA,
SERÁ BIEN AVENTURADO.

EN LA TIERRA, SERÁ REY,
EN EL CIELO CORONADO,
EL QUE ESTA ORACIÓN DIJERA,
TODOS LOS VIERNES DEL AÑO,
SACARA UN ALMA DE PENA,
Y LOS SUYOS DEL PECADO.

JESÚS HERRERA HERRERA
ZAMORA- 2004

VOCES CON REDOBLE DE TAMBORES

Cuando a penas y sin darnos cuenta los años pasan, comenzamos a sentir la añoranza desde lo más profundo de nuestros sentidos, y en parte, no es otra cosa que el descubrimiento de como la juventud nos desplaza poco a poco. Y no me refiero a la juventud psíquica, si no más bien a la física.

Nos encontramos con un Tercio joven y ha de comprenderse a los chavales, tanto en sus inquietudes como en sus necesidades, partiendo que todo componente que decida vestir el uniforme Granadero, acepta en todo momento las normas éticas de hermandad y de disciplina.

La preparación física puede parecer poco importante, pero es conveniente adquirir la destreza necesaria para soportar peso en los brazos y al mismo tiempo estar mucho tiempo de pie, por lo que los ensayos son imprescindibles.

En cuanto a las cualidades que perfilan a un buen granadero, podemos destacar la responsabilidad, puntualidad, compañerismo, hermandad, penitencia, educación y amabilidad, no debemos caer, en el abandono de la higiene personal, y en especial en el afeitado y pelo entre otras, teniendo presente en todo momento la obra  teatral que representamos. Si estos perfiles no se dan en un Granadero, difícilmente los logros de antaño, podrán mantenerse, pretendiendo por mi parte en todo momento, la seriedad y austeridad que rigen las procesiones Marrajas, de la cual, la Agrupación de Granaderos Marrajos es participe. Si esta labor, que también se realizan en otras agrupaciones hermanas, es motivo suficiente para reflejar en nuestro Tercio de Granaderos, la hermandad, la penitencia y el cristianismo, los intereses particulares no predominan en Nuestra fe Cristiana, prevaleciendo en todo momento, los intereses generales.

Le pregunto una vez un padre a su hijo, ¿padre que es el amor y la amistad?, el padre serenamente, miro a su hijo y postrándose de rodillas ante él le contesto, “Esto que yo hago hoy delante de ti es amor, pero cuando ya no quede nada en tu vida, cuando el sol simplemente ilumine sin sentido, cuando el hombre crea dominar al hombre, recordaras lo que fue la amistad  y la entrega de un padre hacia su hijo”

Todo en la vida se rige por una potencia interna, todo se tiene que sentir con la cabeza y pensar con el corazón. Tantas veces nuestro régimen interior hace que pensemos en nosotros mismos, sin pensar en los demás, que al final no arrepentimos de no haber pedido perdón en el momento oportuno, simplemente, “VOCES CON REDOBLE DE TAMBOR”. Pero cuidado, cada vez cuesta más completar el Tercio de Granaderos, motivos suficientes para saber en todo momento ser justos, olvidando que prevalezcan los puestos principales en hijos de directivos e incluso de amigos de la Cofradía. No todo es llevar el nombre de alguien para ocupar un puesto, estos se ganan con la antigüedad y el buen hacer durante los ensayos y desfiles, de lo contrario, los granaderos pasarán por momentos difíciles para completar su Tercio.

José Alberto López Truque
Vicepresidente-Ecónomo de la Agrupación de Granaderos Marrajos.

SENTIRSE GRANADERO MARRAJO

Comienza el nuevo año y las expectativas y los deseos para el año entrante son muy numerosos. Este año es el 75 aniversario de la agrupación de granaderos marrajos, lo que significa, que si cada año los preparativos para la más correcta ejecución de los desfiles se cuida al máximo, este año si cabe, debe de ser más perfecta aún. 

Pronto empiezan los ensayos. Son muchas las noches que pasamos en el aparcamiento del ayuntamiento nuevo “mosquetón arriba-mosquetón abajo”.

Pasados los ensayos, llega el momento de recoger el vestuario, como siempre exigimos que nos den los mejores materiales, las charreteras más relucientes, las polainas con más botones, sin olvidarnos de coger una tizona cuya vaina este lo más cuidada y reluciente posible.

Para los nuevos compañeros y hablo por mi experiencia vivida, deseas con pálpito, vestir el uniforme el día del pasacalles, y aun pensando que esa noche no duermes esperando el día tan deseado, pasan y pasan los años, y la emoción es inmensa.

Ya es viernes de dolores y en el ambiente cartagenero se respira algo especial, ya ha empezado la semana santa cartagenera. Bueno, para ser más exactos, la semana santa cartagenera empieza con la procesión del cristo del socorro en la madrugada del jueves al viernes. Nuestros caballeros cadetes, visten con orgullo y una elegancia impresionante sus trajes de oficiales, es increíble ver el orden y la seriedad que esos chiquillos muestran, os recuerdo, que son niños con edades comprendidas entre los 5 y 12 años.

Llegada la noche del jueves santo, la gente se agolpa en la Calle Jara, para animarnos y romperse las manos a aplaudir, y es, en ese momento, cuando se siente el verdadero orgullo de ser cartagenero y granadero marrajo.

Ya es viernes santo y comienza la magna procesión marraja, es la más larga de todas, cogemos fuerzas cenando y como se suele decir “al ataque”, el cansancio acumulado por todas las salidas anteriores ya empieza a hacer mella, pero haciendo de tripas corazón aguantamos hasta el final.

Por fin es sábado, ya casi hemos terminado, solo queda el piquete, todos queremos salir en la escolta de la Santísima Virgen de la Soledad de los pobres, solo cinco de nosotros tendremos ese “privilegio”, aunque no es menos merecido ir de piquete detrás de nuestra madre, en donde el esfuerzo de sus portapasos, nos hacen creer, que nuestra madre camina sola. La procesión, es menos pesada de lo que pueda aparentar desde fuera, quizás sea por las ganas de terminar o mas bien, por el motivo de ser nosotros, los granaderos, los que cerramos con nuestros tambores y nuestro piquete, la gran Semana Santa Marraja.

Lo que resta después de la procesión del Sábado Santo, y aun con el cansancio latente y sangre en los pies de algún que otro granadero, no es otra cosa, que celebrar la tradicional cena  de hermandad, en donde sin apenas darte cuenta, comienzas a desear la llegada de los ensayos, el compartir con tus hermanos de Agrupación tantas y tantas vivencias, y en donde con el paso de los años, uno descubre, que el Granadero Marrajo, también realiza su penitencia en procesión.

Benito Pérez García - Granadero


FORMACIÓN DEL TERCIO DE GRANADEROS

SEMANA SANTA 2003

CABO DE ESCUADRA:               DANIEL MARTÍNEZ PÉREZ
GASTADORES:                          JUAN GREGORIO MARTÍNEZ PÉREZ
                                               DAVID TEBAS CAMPOS
                                               JOAQUÍN ESCUDERO RUIZ
                                               JOSÉ ANTONIO PÉREZ SÁNCHEZ
                                                BENITO PÉREZ GARCÍA
                                                IGNACIO TORTOSA CORTES
                                                BENJAMIN HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
                                                JUAN EGEA PASCUAL
                                                DAVID MARTÍNEZ MAQUEDA
                                                RAMÓN SOTO HERRERA
                                                ABEL LÓPEZ NAVARRO
                                                JUAN CARLOS LÓPEZ TRUQUE
                                                FERNANDO ALFARO NAVARRETE
                                                LUIS MARTÍNEZ MAQUEDA

OFICIAL ABANDERADO:             CARLOS ALONSO SEGURA
OFICIAL ESCOLTA:                    JOSÉ LAZARO ARIAS FERRANDEZ
OFICIAL JEFE DEL TERCIO:       ALBERTO JOSÉ LÓPEZ TUDELA
GUIÓN MANDO:                         PABLO BASTIDA BARCELO
SEGUNDO OFICIAL SECC:          ÁNGEL ROS SÁNCHEZ
OFICIAL DE SECCIÓN:               ANTONIO MARTÍNEZ PÉREZ
OFICIAL DE SECCIÓN:               RUBEN CARIDAD HERNÁNDEZ
SARGENTOS GUIONES:              FERNANDO ARIAS FERRANDEZ
ALEJANDRO SÁNCHEZ DÍAZ                                                       CARLOS PUERTA JUAREZ
TERCIO DE FUSILEROS:

                                RICARDO CARRIÓN MURCIA
                                JUAN MELCHOR ORTIZ SAURA
                                JOSÉ ANTONIO NAVARRO VIVES
                                SALVADOR CONESA PELEGRÍN
                                LUIS AYALA TUDELA
                                DAVID SALAZAR ROCA
                                ALFONSO PAGAN PÉREZ
                                SERGIO DÍAZ NICOLÁS
                                JOSÉ HORACIO GARCÍA MARÍ
                                CARLOS ALBERTO MESA PÉREZ
                                JOSÉ MANUEL BENEDICTO RODRÍGUEZ
                                FRANCISCO A. CEREZUELA GÍMENEZ
                                GINES PÉREZ FERNÁNDEZ
                                 CARLOS DÍAZ ESCARBAJAL
                                 EDUARDO PÉREZ BÓDALO
                                 RAFAEL SOLANO NICOLA
                                 VÍCTOR GARCÍA MORA




FORMACIÓN DEL TERCIO DE CABALLEROS CADETES
SEMANA SANTA 2003

CABO DE ESCUADRA:  MIGUEL RUIZ RUIZ
GASTADORES:             MIGUEL EGEA RODRIGUEZ
                                  JAVIER PÉREZ BÓDALO
                                  JOSÉ JAVIER FONTCUBERTA
                                  LUIS GUTIERREZ MANZANO
                                  FRANCISCO JAVIER SÁNCHEZ HERNÁNDEZ
                                 ALFONSO LEAL FERRANDEZ
                                  MANUEL MARMOL GÓMEZ
                                  MANUEL JESÚS MARTÍN NARANJO
                                  SERGUIO GUILLEN MARTÍNEZ
                                  JUAN MANUEL HEREDIA GARCÍA
                                   ANTONIO ANDRES NAVARRO MORALES
                                   ENRIQUE PÉREZ SÁNCHEZ

OFICIAL ABANDERADO:          ISMAEL SALGUERO SÁNCHEZ
ESCOLTA DE BANDERA:          ADRIAN GAMBIN MÉNDEZ
OFICIAL:                                DANIEL AZNAR VELASCO
GUIÓN DE MANDO:                 DIEGO ISAAC HERNÁNDEZ
OFICIAL DE SECCIÓN:             JOSÉ ISAAC ACOSTA

TERCIO:       TOMÁS BUADES GÓMEZ
                    ENRIQUE MARÍN TRUQUE
                    CRISTIAN SALGUERO SÁNCHEZ
                    ANTONIO JESÚS ROS EGEA
                    ANTONIO SÁNCHEZ MARTÍNEZ
                    BRAULIO GARCÍA CIDONCHA
                    ENRIQUE JOSÉ FERNÁNDEZ ROS
                    PABLO CAVAS LÓPEZ
                    GUILLERMO PÉREZ LAIZ
                    JORGE GARCÍA JEREZ
                    FRANCISCO JAVIER HUERTAS MARTÍN DEL OLMO
                    JULIO GUERRERO HUERTAS
                    CAYETANO RUIZ RUIZ
                    ADRIÁN GARCÍA PEÑALVER
                    AARÓN LÓPEZ NAVARRO
                    IGNACIO VELEZ GARCERÁN
                    FELIPE ORTIZ GARCÍA
                    ANTONIO EGEA GONZALEZ
                    RAFAEL BALADRÓN ROS
                    JAIME GARCÍA MUÑOZ
                    LORENZO REBOLLO MATEOS
                    VICENTE MARTÍN CAVAS
                    JOSÉ AGUILAR MARTÍNEZ
                    JUAN BASTIDA CASTILLEJOS
                    JORGE HUERTAS MARTÍN DEL OLMO
                    JORGE ZARAGOZA MAÑAS

CONDECORACIONES 2004

Tercio de Granaderos:

Medalla de Primer Orden a los 10 años de Antigüedad

  • Antonio José Moreira Jiménez
  • Carlos Puerta Juárez
  • Enrique Miguel Pérez Sánchez

Medalla de Segundo Orden a los 5 anos de Antigüedad

  • Benito Pérez García
  • Juan Jesús Páez Sastre-Cornetín


Tercio de Caballeros Cadetes:

Medalla de Segundo Orden a los 3 años de antigüedad

  • Manuel Jesús Martín Naranjo
  • Adrián Gambin Méndez
  • Jorge Zaragoza Mañas
  • Cayetano Ruiz Ruiz
  • Adrián García Peñalver
  • Aarón López Navarro
  • Ignacio Vélez Garceran
  • Felipe Ortiz García
  • Antonio Egea González
  • Rafael Baladrón Ros
 I CONCURSO DE DIBUJO INFANTIL
TERCIO DE CABALLEROS CADETES


BASES DEL CONCURSO

1º. Podrán participar todos los niños de la Agrupación de Granaderos Marrajos, con edades comprendidas entre los 5 y 13 años.

2º. Se establecen dos categorías: de 5 a 8 años y de 9 a 13 años.

3º. El plazo de inscripción para participar en el concurso será desde el 6 hasta el 19 de octubre de 2003, ambos inclusive.

4º. La inscripción podrá realizarse personalmente en el local de la Cofradía Marraja, sito en calle Jara nº 25.

5º. Los participantes deberán presentarse el día 19 de octubre a las 11.30 horas en el local social de la Cofradía Marraja.

6º. El dibujo a realizar deberá adaptarse al tema “Los Granaderos Marrajos y la Navidad”.

7º. Se otorgará un primer premio y un ascesis para cada categoría.

8º. Los dibujos presentados, quedaran en poder de la Agrupación de Granaderos, que los podrá utilizar en el momento que considere oportuno.

9º. El dibujo ganador, se utilizará como ilustración de la felicitación navideña de la Agrupación, para el 2003.

10º. Se otorgara un diploma a cada uno de los participantes.

11º. El jurado estará compuesto por el Presidente, Vicepresidente, Secretaría, Asesor del Presidente, Vocal del Tercio de Caballeros Cadetes y la Madrina de la Agrupación.

12º. En caso de empate, el voto del Presidente de la Agrupación, será considerado, como voto de calidad.

13º. El concurso, será regido por la Vocal del Tercio de Caballeros Cadetes, doña Laura Tudela Alcaraz.

14º. A cada participante, se le asignará un sobre con un número, introduciendo dentro de este sus datos, y adjuntándose al dibujo, con el fin de abrir el sobre, una vez el jurado haya designado al ganador, evitando en todo momento cualquier manipulación, dicha tarea, será realizada por el Vicepresidente de la Agrupación don José Alberto López Truque.

15º. Los familiares de la Junta Directiva de la Agrupación de Granaderos, podrán participar, pero no podrán obtener ningún primer premio, accediendo a un ascesis, si se considera que al abrir el sobre grapado al dibujo, este fuese el dibujo ganador, dando con este acto, transparencia al concurso.

16º. El fallo del jurado y la entrega de premios, se dará a conocer el día 16 de noviembre a las 12.00 horas, en el local de la Cofradía Marraja.

PRESENTACIÓN DEL 75 ANIVERSARIO

Sr. Primer Comisario, Sr. Presidente, estimados hermanos y simpatizantes de la Agrupación de Granaderos Marrajos, procesionista, cartageneros todos, buenas noches y bien venidos a la presentación del 75 aniversario de la Agrupación de Granaderos.

Es en la magna procesión del Santo Entierro del año 1761, cuando la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, llamados los Marrajos, consciente de la vistosidad y popularidad de la que gozan los granaderos de infantería de marina en Cartagena, dentro y fuera del marco de la Semana Santa, deciden perpetuar su presencia en nuestras procesiones, confeccionando, a tal fin, un vestuario copia exacta de los de por entonces, el cual fue vestido por hermanos de la cofradía.

Don Antonio Cervantes, Hermano Mayor de los Marrajos en 1770, deja constancia escrita en el archivo histórico de la Armada, en base al préstamo a la Cofradía Marraja, de setenta y seis gorras de terciopelo negro, propiedad de las compañías de Granaderos de Infantería de Marina de Cartagena, para el adorno de la compañía de armados.

Durante los primeros años de vida de la Escuadra de Granaderos de la Cofradía Marraja, solo se cuenta con un tambor, el cual, marcaba el ritmo seco y marcial de aquellos cofrades entusiastas.

        En 1879, los trajes de la Escuadra de Granaderos Marrajos, estaban deformados, y la economía de por entonces, no permitía la reforma de dichos uniformes. Los dirigentes de la Cofradía Marraja, conscientes de la Gran popularidad de los Granaderos en las procesiones, deciden solicitar a la Cofradía California la participación de sus Granaderos en las procesiones marrajas.

        Como era de esperar, los Californios se negaron prestar a sus granaderos a los Marrajos, aun cuando años atrás, los granaderos marrajos si participaron en las procesiones californias, debido a que estos no tenían granaderos, siendo los marrajos, los primeros en incorporar hermanos cofrades vestidos de granaderos, a las procesiones Cartageneras.

        La participación de la Escuadra de Granaderos Marrajos en las procesiones marrajas, era ya para todos, un hecho indiscutible. Esta escuadra, ha sido la cuna de muchos cofrades, los cuales pasarían después a otras agrupaciones marrajas.

        Sin querer ser subjetivos y pensando en ser objetivos con la cabeza, comenzamos lentamente a indagar sobre nuestra fecha fundacional, y nos encontramos tras 14 años de investigación, con la refundación de la Agrupación de Granaderos Marrajos en 1929, siendo su primer presidente Nicolás Sanz.

        El 19 de abril de 1935, Viernes Santo, la Agrupación de Granaderos Marrajos, entrega por primera vez, el título de Madrina de la Agrupación a Carmelita Pérez López, hija de Juan Pérez Campos.

                Tras la guerra civil española, y así consta en el libro de Cabildos de 1939 de la Cofradía Marraja, los Granaderos, con apenas vestuario y armamento, salen de nuevo vestidos por hermanos de su agrupación, siendo el responsable de esta salida, don Pedro Acosta Rivero, el cual, se mantuvo hasta 1941, con el objetivo principal de restaurar toda una Agrupación.

        Tras un año intenso y de esfuerzo por parte de la Cofradía Marraja, los granaderos, estrenan uniformes y armamento el 18 de febrero de 1940.

        Desde 1942 hasta 1955, es presidente de la Agrupación de Granaderos don José Romero Font, más conocido como nuestro Mariscal.

        Durante el mandato de Romero Font, destacan de entre muchos esfuerzos, la nueva bandera del tercio de Granaderos, donada en 1944 por doña Antoñita González Sánchez, la incorporación en 1946 de los granaderos a la procesión del Lunes Santo, la creación del Tercio de Caballeros cadetes en 1949, la imposición de la medalla de primer orden en 1950, la bandera donada en 1952 al Tercio de Caballeros Cadetes, por doña Maruja Dorda de Roca, reformas de uniformes, creación de un reglamento interno, y como no, 14 años de la vida de Romero Font, entregada a sus Granaderos Marrajos, los únicos de su Semana Santa.

        Pero existe un hecho de bien cultural, que consiguió Romero Font. Muchas agrupaciones de la Semana Santa Cartagenera, presumen de sus excelentes obras de arte, tanto en imágenes como en bordados. Dejen que por un momento pueda presumir de un detalle olvidado por algunos.

        En 1945, Consuelo Escámez, bordadora inconfundible de nuestra Semana Santa, bordo con oro fino, el escudo granadero en la parte trasera del morrión.

        Tras el mandato de Romero-Font, es nombrado presidente de la Agrupación, don Ángel Belmonte Vidal, disolviéndose en 1956 el Tercio de Caballeros Cadetes.

        En 1958 se nombra presidente a don Francisco Martínez Sánchez, el cual, entrega el relevo en 1959 a don Enrique Mora Monteal y este a don Juan Cervantes Alonso en 1960, incorporándose este año los Granaderos Marrajos como piquete, en la Procesión del Sábado Santo, completándose la participación de los Granaderos Marrajos, en todos los desfiles pasionales de la Cofradía Marraja.

        Don Juan Sánchez Acosta, es presidente de la Agrupación entre los años 1965 a 1966 y 1968 a 1981, siendo presidente en 1967, don Antonio Cárdenas. Durante estos 16 años destacan las reformas de todo el vestuario, así como un asentamiento de marcialidad militar en los granaderos, si olvidar jamás, que representamos a la Infantería de Marina Española de antaño.

        Entre los años 1982 a 1985, preside la Agrupación de Granaderos, don Francisco Girón Martínez, el cual incorpora a la Agrupación, los uniformes blancos de gala.

        Don Jesús Egea García, es presidente de la Agrupación entre los años 1986 a 1993, años, en los que se reforma todo el vestuario, se refunda el Tercio de Caballeros Cadetes y se realizan salidas a los Barrios de la ciudad.

        Diego Lledó Fajardo, ocupa la presidencia de la Agrupación de Granaderos entre los años 1994 al 2002, época, en la que se centra en silencio y sin protagonismo alguno, el trabajo que nos identifica como familia marraja, y la responsabilidad hacia nuestra Cofradía.

        Preside actualmente la Agrupación de Granaderos desde mediados del 2002, don Tomás del Pozo García, el cual, ingresa en la Agrupación en 1986 de la mano de Jesús Egea.

        Tras 243 años de  participación como hermanos de la Cofradía Marraja y 75 años como Agrupación en el seno de nuestra Cofradía, persisten los valores por Nuestro Padre Jesús Nazareno, por Nuestra Cofradía, por Nuestra Agrupación y como no, por nuestros Granaderos.

El presente, ha de vivirse sin animó de protagonismo, con el respeto que se merecen todos los que un día vistieron el uniforme granadero, entendiendo que igual que en antaño otros lucharon por dignificar a nuestra Cofradía, en el futuro, vosotros los jóvenes sois el relevo del presente, luchéis por mantener en vuestra Cofradía Marraja,  a esos más que reconocidos GRANADEROS DE BANDERA.
  
José Alberto López Truque