Granaderos, Volantes y Angelitos.
En 1990, los Granaderos
cumplieron dos siglos de presencia en las procesiones de Semana Santa, ya que hicieron
su primera aparición en 1790 (González y
Huárques “El Eco de Cartagena 08-04-1882). Recibieron el nombre de “LOS NEGROS”, tanto por el pueblo como
por las Cofradías, y algunos años después se les empezó a denominar granaderos.
La primera descripción del Tercio
de Granaderos que la suministra el Teniente
de Navío José Ponce, espectador de los desfiles de 1793, refriéndose a la
procesión del Miércoles Santo: “Empieza por algunos soldados de la guarnición,
y siguen hasta diez de los que llaman granaderos de la Hermandad , con otros
tantos estos de angelitos. En dos filas,
con mucho orden y ………., continúan los que llaman espadas en manos o volantes,
que serán más de 200, desde 13
a 20 años, cuyo vestido en….. uniforme, consta
de chupa y calzón negro, camisa guarnecida y chupita de majo blanca con unas
cintas de guarnición negra y lo mismo en los hombros, un tabali terciado, un
sombrero de tres picos de galón y el sable en mano, el buche de la
camisa relleno de empanadas, tartas y cosas de comer que se señalan por defuera.
A
estos siguen otros tantos más pequeños, con la misma compostura, y cuyo tipo de
uniforme, consta de unas hebillas más brillantes, medias negras, calzón de
terciopelo negro, su gorra de granadero y su alabarda terciada. Entre
Granaderos y Granaderos por ambas bandas, un angelito con su reír, bien o mal
vestido, según el gusto y la riqueza del que lo envía. Así estos granaderos más
los soldados anteriores, levan sus cadetes, también en fila a los principales,
y sus volantes por medio, que se le distinguen en que el cinturón es bordado
y en que van con espada en mano, y el sargento mayor, su tambor de ordenes.
Esta primera parte de la procesión la sigue un angelito ricamente prendado y
con su jefe, al que llaman el General. Todos deben tener pendientes de las gorras
unas gasas que les cubre el rostro: pero los demás se dispensan de ella.
Las procesiones del Viernes se
encabezan igualmente, por granaderos con sus volantes y angelitos,
en la descripción de estos, los volantes se describen como “un chiquillo
vestido de ángel, pero sin alas, lo más rico que se puede. Igualmente la gorra
de pedrería y de flores, pocas de unos, pero unos muchísimas en todos; estos
volantes angelizados los costean y buscan los granaderos, van atestados de
dulces. A los 17 granaderos iniciales, provistos de alabardas, seguían sables
en mano ridículamente terciados por la espada y cogidos con dos pañuelos;
llevadas las manos atrás, salía, y lucían más la empachada camisa con cosas de
comer. A estos seguían 130 granaderos por banda, en fila, con sus
correspondientes volantes.
Durante algunos años debieron
salir sin música puesto que González Huárques escribe en 1799 volvieron a
salir, con ella, y piensa que en esta ocasión “surgieron las celebres marchas
de granaderos y judíos”.
En 1879 vistieron por primera vez el uniforme de los antiguos
granaderos de Marina “Pues los que hasta aquí han salido en nuestras
procesiones, solo tenían del uniforme de aquellos la gorra de pelo, los nuevos
granaderos visten calzón blanco y bota alta, casaca corta abierta por el pecho
que deja ver el chaleco, etc. (12-04-1882) Archivo Municipal de Cartagena.
Infante de Marina de 1805 |
Y “la compañía de granaderos” se constituía
por tres jefes, abanderado, cuatro cadetes, cinco flaqueadotes, 29 parejas de
soldados y música. Era costumbre que, al llegar el Tercio de Granaderos ante el
monumento de Jueves Santo instalada en Santa María de García, el abanderado batía
su enseña (14-04-1882) Archivo Municipal
de Cartagena.
El grupo de volantes apareció en
1773. El citado cronista comenta que no conoce su origen ni justificación; “tipo
extraño, cuya similitud no encuentro ni entre los angélicos, coros, ni
estrarogancias de la especie humana; para la primera le faltan alas; para lo
segundo ¿Qué es lo que podrá representar esa pirámide descomunal que bate las
cabezas de los angelitos con tantas flores, relicarios, relucientes piedras y
tantas cosas que la vanidad aglomera sobre ella?”. Y piensa que el origen de
este gorro puede ser de capirote de algún inocente de la Cofradía de los mismos. Eran,
sin duda, auxiliares del granadero pues le alumbraban con antorchas que
portaban (tal vez para que los espectadores le vieran e identificaran mejor) y
llevaban los obsequios comestibles repartidos, por el granaderos. Los volantes también
acompañaron al tercio de armados o judíos. Al principio cayeron en gracia a
Cofradías y espectadores. Desconocemos cuando se suprimieron.
José María Rubio Paredes
Pregonero de la Semana Santa
de Cartagena de 1979
La verdad 23-03-1983 – Archivo Municipal de Cartagena P00026-00974
Queda claro tras los escritos,
que los inicios de los Granaderos, no fueron como se afirma actualmente del año
1790, ni con la misma uniformidad, ni de Granaderos de la Infantería de Marina
como se afirma, ya que esta no tiene sus compañías de Granaderos hasta el 16 de
enero de 1809, que se crea la compañía de Granaderos del Segundo Batallón del
4º Regimiento de Infantería de Marina, la cual sirvió en Cartagena hasta el 19
de septiembre de 1810. Por otro lado la última compañía de granaderos de
Infantería de Marina sale de Cartagena el 2 de agosto de 1827. Por lo que los
uniformes citados no corresponden con los Granaderos de Infantería de Marina de
1809 a
1827.
Pero si nos centramos en lo transcrito
por José María Rubio Paredes, sobre la creación de los granaderos en 1879, este
tipo de uniformidad se centra más con el uniforme de un Infante de Marina de
1805, cambiándole las Cofradías el gorro de tres picos por el morrión.