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domingo, 8 de julio de 2012

Capitulo II - Prologo de un Juicio Justo

Entendiendo y comprendiendo, que todo es un complejo de Hermandad y religiosidad en una asociación Cristiana, ha de cogerse con eficacia, LA VERDADERA RELIGIOSIDAD, pues no seria aconsejable dentro de esta, la blasfemia, o mejor dicho, levantar falsos testimonios.



Queda por sentado, que las instituciones prevalencen ante las personas, y tarde o temprano, aunque un falso textimonio quede por escrito en cualquier institución, es viable, que este vea la luz de aquel u aquellos que cometieron tan vil pecado, entendiendo que no existe la redención si se continua con el mal, y que mejor descripción para este prologo, que La Carta de Santiago en el Nuevo Testamento:

   19Hermanos muy queridos, que todos seáis prontos para escuchar, lentos para hablar y enojarse; 20porque la ira del hombre no cumple con la justicia de Dios. 21Por eso, rechazar toda impureza, todo resto de malda y aceptad con docilidad la palabra sembrada en vosotros, que es capaz de salvaros.

Mt 7,24-25

  22Llevad a la práctica la palabra y no os contenéis sólo con escucharla, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque el que escucha la palabra y no la practica, es como un hombre que se mira al espejo 24y apenas deja de mirarse se olvida de cómo era. 25Por el contrario, el que se fija atentamente en la Ley perfecta que nos hace libres, y persevera en ella, éste, que oye no para luego olvidar, sino para realizar lo que pide la Ley, será feliz al practicarla.

  3 1Hermanos, que no haya muchos entre vosotros que pretendan ser maestros; sabed que los maestros seremos juzgados con más severidad, 2 y no olvidéis que, como todos, cometemos errores.
   
  Si alguien no peca con su lengua, es un hombre perfecto, capaz de dominar toda su persona. 3A los caballos les ponemos un freno en el hocico para dominarlos: con el freno sometemos todo su cuerpo. 4Lo mismo a los barcos: por grandes que sean y estén impulsados por fuertes vientos, el piloto los maneja a voluntad con un pequeño timón.

    5Del mismo modo, la lengua es algo pequeño, pero que puede mucho.

  Basta una llama pequeña para incendiar un bosque inmenso. 6La lengua también es fuego. Es un mundo de maldad nuestra lengua; mancha a toda persona y comunica el fuego del infierno a toda nuestra vida. 7Animales salvajes y pájaros, reptiles y animales marinos de toda clase son y han sido dominados por el hombre. 8La lengua, por el contrario, nadie puede dominarla: es un látigo incansable, lleno de mortal veneno. 9 Con ella bendecimos a Dios Padre y con ella maldecimos a los hombres hechos a imagen de Dios. 10De la misma boca salen la bendición y la maldición.

    11Hermanos, no puede ser así. ¿Puede brotar de la misma fuente agua dulce y agua amarga? 12¿Puede una higuera producir aceitunas o la vid higos? Tampoco el mar puede dar agua dulce.

    13Si alguien se cree sabio y bien educado, que lo demuestre por su bondad, y que su conducta sea un ejemplo para los demás. 14Si, por el contrario, tenéis envidia y ambiciones en el corazón, no os sintáis superiores, que eso es mentira. 15Una sabiduría así no viene de arriba, viene de la tierra, sólo de la naturaleza, es del demonio.

    16Porque donde hay envidia y ambiciones habrá desorden y acciones malas de toda clase, 17mientras que la sabiduría que viene de arriba es pura, pacífica, indulgente, bondadosa, llena de compasión y produce buenas obras. 18No es parcial ni hipócrita. Los pacíficos siembran la paz y cosechan la justicia.

Es posible que algunos no tengan ni idea del contenido o simplemente del significado de estas palabras, pero cuando uno observa que las injusticias son continuas, actuando en todo momento con mala fe, estas palabras de San Santiago y Mateo, son las que identifican  a los que presumen de practicar falsamente, los actos y palabras de Nuestro Padre Jesús, y como no, las que a mi me llenan de satisfacción, antes de desarrollar mi época de 1986 a 2001.