Como ya expuse en el capitulo I, todo había concluido en el año 1985, era como el final, se exprimió un silencio sobre la Agrupación de Granaderos, que termino de la peor forma concebible, disuelta supuestamente, por la Junta de Mesa, ante los hechos ocurridos en la madrugada con la Sección de honores (los blancos), a los que se les unió el Sábado Santo, el Tercio Azul.
El Hermano Mayor don José Luis Meseguer, haciendo uso de los estatutos de la Cofradía Marraja de la época, en el canon que especifica: el nombramiento de Presidente de los Tercios Armados, corresponden al Hermano Mayor, si estos no están constituidos en Agrupación, otorga dicho mandato a don Jesús Egea García-Carbajal, el cual ya era hermano de la Agrupación de Granaderos, al igual que su hijo, Jesús Egea Pascual, que había desfilado como cadete.
A la Izquierda el Hijo de Jesús Egea
Supuestamente, solo existían dos granaderos en la Agrupación que había comenzado, el que escribe, e Ignacio Gallego Segura, por aquello de haber estado el Sábado Santo en el momento oportuno, aunque muchos de los del famoso año, no tenían ni idea de lo sucedido.
Se dice, se comenta, que el estado del material de los Granaderos era desastroso, vamos para tirarlo por completo. Pero la sangre como se suele decir, no llegaría al río.
Es en el año 1975, cuando la cofradía marraja, realiza una importante reforma en los granaderos marrajos, haciéndose 32 guerreras a 2.900 pesetas (92.800), 61 pares de polainas a 525 pts (32.025), cambio de las granas de 27 trajes de músicos 22.070 pts, y la reparación de 53 morriones por 6.000 pts, haciendo un total de 152.895 pesetas, sin contar los gastos de salidas de las bandas en Semana Santa. Era de entender, que esta uniformidad solo tenía 10 años, y como ejemplo de mantenimiento, los morriones, las guerreras y las polainas, se limpiaban con amoniaco reducido con agua, cosa, que en los noventa se seguía haciendo.
Guerreras de Músicos y Oficiales años 70
Su cuidado a lo largo del año, se centraba ultimamente en el almacén de la calle de Martín Delgado, en donde los plumeros y guerreras, quedaban colgados, y no como se dice, amontonados.
En lo referido al metal (sol, charreteras sin flecos, hebillas de los cintos de los músicos y chapas de las tizonas), este se limpiaba con el típico netol de toda la vida.
Los uniformes del Tercio de los Blancos estaban nuevos, pues estos se habían estrenado en la Semana Santa de 1982, pero el tipo de tejido elegido para su confección iba a dar muchos problemas, ya que ante una mancha, había que descoser la guerrera entera y mandarla a limpiar en seco, aun así, la mancha no salía y el tejido encogía.
En esta etapa nueva de 1986, se realiza una inversión de 266.000 pesetas en el almacén, según las cuentas presentadas en la Cofradía Marraja. Esta se desgloso de la siguiente forma: Moarra y regatón para la caña de un Guión para el Tercio Blanco 15.000 pts, Reposición de 40 pantalones blancos 40.000 pts, Flecos para charreteras de Oficiales 15.000 pts, Limpieza guerreras blancas 15.000 pts, 30 soles para los morriones 60.000 pts, 25 pares de guantes para la banda 15.000 pts. trabajos realizados por la costurera 25.000 pts, reposición de botones 10.000 pts, reparación de 70 plumeros 21.000 pts y varios 50.000 pts.
Ya sabe el amigo Ernesto Terry, de donde sale la historia de los guiones y de colocarle flecos a las charreteras de los oficiales, como el comenta en su articulo de Ecos del Nazareno de 2007, siendo las personas con sus gustos, las que han cambiado el uniforme a lo largo de los años.
A lo que interesa, durante los años 86 a 88, mi situación es la de colaborar en el almacén, realizar los ensayos del Tercio de Granaderos y Cadetes, Formar y entregar un informe tras la Semana Santa con las posibles incidencias, y como no, interpretar el papel de malo en lo referido a las normas para el desfile. Recuerdo como anécdota el llevar a mi cuñada (peluquera), para pelar a los granaderos que tuvieran dificultad económica y como le pedí a mi propio hermano que devolviera el traje de Gastador, si este no se pelaba como marcaban las normas (y el muy pedazo se encabruño llevando el traje para no salir, el cual con más encarnamiento, cogí), las cuales cumplió cuando lo cogió por banda mi madre.
Cabe destacar y sin animo de lucro, la limpieza y pintado de los hachotes blancos de madera para el miserere, por encargo de Eduardo Vilar, colaborando con un electricista que vino de Española del Zinc, para el arreglo de todo el cableado del almacén en el callejón de Bretaún. Del mismo modo y antes de que se realizará la gran reforma de la Capilla Marraja, el citado electricista, al cual acompañe, cambio todos los cables de dicha capilla, recordando que estos eran de la época de antes de la Guerra. Por estas y otras razones, se me propuso como Consiliario de la Cofradía Marraja, siendo aceptado por el entonces Hermano Mayor D. José Luis Meseguer Jorquera.
Terminada la Semana Santa de 1988 y con 21 añitos recién cumplidos, me case y tuve la suerte de colocarme como Cajero Comedor en el Restaurante El Hidalgo, en el cual estuve hasta el año 2000 por méritos propios, concluyendo como Jefe de Comedor, además de continuar mi formación y ser Profesor de Formación Profesional Ocupacional con un 8,73 de Nota. Se preguntara la audiencia, por que por méritos propios, por que siempre hay alguien en la vida que tiene que ser más que el otro, sin ser nada, a eso se le llama envidia y codicia, cosa que un hermano cofrade no debe de tener.
Llegado el año 1989 y viendo que nadie se ponía en contacto conmigo para los ensayos de Semana Santa, realice una llamada, de la cual no me esperaba la respuesta (a otros si se les permitió no acudir a los ensayos y no por el trabajo, simplemente no les daba la gana), ante la pregunta de si podía dirigir los ensayos, conteste que todos no, ya que estaba trabajando, pero que habían otros oficiales que podían cubrir mi falta, NO, lo siento mucho pero NO CUENTO CONTIGO, esa fue la respuesta del Vicepresidente de la Agrupación de Granaderos Marrajos.
Valla palo, pasaba algo más, no era lógico, tantos años y de golpe esto. Mi propio jefe el cual era un Gran Marrajo y de la Piedad, me decía: ... todo llegara tranquilo, ya vera como vuelve su momento.., por lo que no salí en los años 89 y 90.
Y efectivamente llego el momento. Antes de comenzar la Semana Santa de 1990, se celebro una comida con hermanos cofrades en el Restaurante El Hidalgo. Llegado a los postres mi jefe Don Francisco Jimenez, me dijo que alguien quería hablar conmigo, y en esas que entraron a la zona de caja el Presidente de los Granaderos Jesús Egea, acompañado de algunos directivos de los granaderos. Nada más verme me dijo: nos tienes abandonados, como nos haces esto?. Me quede sorprendido, de la misma forma que se sorprendió el Presidente de la Piedad Francisco Rojas y hasta mi propio jefe. No sabia si se estaba quedando bien diplomaticamente conmigo, o simplemente desconocía la historia. El caso es que se dirigió hacia mi con la mirada fija y me volvió a decir,.. me ha dicho tu jefe que por el no hay problemas, que tiene permiso para salir, ¿es que no quieres saber nada de tus granaderos?. Hay me di cuenta que Jesús estaba descolocado, contestándole por mi parte lo ocurrido con la llamada del Vicepresidente. Rápidamente me dijo que si quería salir esa Semana Santa, a lo que le conteste que no iba a quitarle el puesto a nadie, y más habiendo concluido los ensayos.
El caso es que quedo en que me llamaría después de Semana Santa, para tener una reunión con el Vicepresidente en la Cofradía Marraja y aclarar el tema. En aquella reunión no hubo ningún reproche hacia mi, pero se me marcaba la condición de que mis cuñados no podían salir, por algo que había sucedido el Viernes Santo de 1988, y no era otra cosa de que un hijo de ellos que iba vestido de Cadete de Escuadra, salio junto al Cabo de esta (cosa que hoy en día si se permite en la Madrugada), a lo que se oponía el Vicepresidente, estando toda la Escuadra Conforme. Todo este tema, desconocido por mi parte, ya que en la procesión de la Madrugada me realice un esquince de tobillo y no pude desfilar el Viernes Santo, no se me comunico transcurrida la Semana Santa del 87, deduciendo por mi parte, que empezaba a estorbarle a alguien. Todo quedo en aquella conversación y otro año más no desfile.
Volviendo a las tareas transcurrida la Semana Santa de 1990, y llegando a un acuerdo con mi jefe, a cambio de mis vacaciones, comencé de nuevo las tareas de trabajo por las tardes en el Almacén de los Granaderos Marrajos, siendo nombrado Directivo el 6 de Marzo de 1992, otorgándome ese mismo año, la medalla de Primer Orden de los Granaderos, por mi entrega y colaboración, que no era otra, que la de trabajar por la Agrupación y vender mucha lotería, como queda constancia en los libros de actas, por parte del Tesorero Antonio López Palacios, además de pagar mis recibos.
A continuando y con el permiso de sus señorías, paso a relatarles fotográficamente y documentalmente, algunos de los agradecimientos y nombramientos a mi familia, por parte de la Agrupación de Granaderos, entre otros.
Pues como se puede comprobar, mucho agradecimiento por una entrega silenciosa, sin sacar pecho, aunque las circunstancias actuales, hagan que se publiquen estos capítulos.
Una colaboración muy importante, que genero pocos gastos y bastantes ingresos, fue la idea de celebrar el Aniversario de la Escolta de Granaderos a Nuestro Padre Jesús Nazareno, por Hermanos de la Cofradía. En dichas cenas organizadas en los meses de noviembre de 1997 a 1999, hay que destacar, la colaboración de mis alumnos de los cursos de Hostelería, junto a la Directiva y algunos Granaderos de la Agrupación. Destacar también, la entrega de mi Jefe D. Francisco Jimenez Ballester, el cual decía desinteresadamente el local, para aquellas Cenas-Bailes-Bingo. El 10 de mayo de 1998 y con gran entrega, los Granaderos Marrajos, llevamos las mesas y barra de la Cruz de mayo, utilizando para ello, el material prestado del Restaurante "El Hidalgo", para dicha labor.
Cerremos pues este III capitulo, exponiendo la dedicación y entrega hacia una Agrupación, la cual, me dio momentos inolvidables, otorgando el Sábado Santo de 2001, el Alfiler de Oro de la Agrupación, a mi mujer Laura, por su dedicación y entrega, al Tercio de Caballeros Cadetes y a la elaboración de las nuevas Polainas, realizadas en equipo. En resumen, 14 años de trabajo y entrega, siendo un humilde Vocal de Tercio, que increchendo militarmente para los granaderos, introdujo los cambios del acto en la Misa de Cumplimiento Pascual, en los Héroes de Cavite, en las Revistas al Tercio de Granaderos que no se realizaban, etc, exponiéndolo para que no ocurra lo habitual, que luego otros se apunten el tanto, por algo, que tanto Jesús Egea, como Diego Lledo a lo largo de sus presidencias, me reconocieron con su amistad.
VEREDICTO DEL III CAPITULO: IMPOSIBLE DE IMPUTAR
Ya sabe el amigo Ernesto Terry, de donde sale la historia de los guiones y de colocarle flecos a las charreteras de los oficiales, como el comenta en su articulo de Ecos del Nazareno de 2007, siendo las personas con sus gustos, las que han cambiado el uniforme a lo largo de los años.
A lo que interesa, durante los años 86 a 88, mi situación es la de colaborar en el almacén, realizar los ensayos del Tercio de Granaderos y Cadetes, Formar y entregar un informe tras la Semana Santa con las posibles incidencias, y como no, interpretar el papel de malo en lo referido a las normas para el desfile. Recuerdo como anécdota el llevar a mi cuñada (peluquera), para pelar a los granaderos que tuvieran dificultad económica y como le pedí a mi propio hermano que devolviera el traje de Gastador, si este no se pelaba como marcaban las normas (y el muy pedazo se encabruño llevando el traje para no salir, el cual con más encarnamiento, cogí), las cuales cumplió cuando lo cogió por banda mi madre.
Gran Cruz del Tercio de Granaderos 1987
Cabe destacar y sin animo de lucro, la limpieza y pintado de los hachotes blancos de madera para el miserere, por encargo de Eduardo Vilar, colaborando con un electricista que vino de Española del Zinc, para el arreglo de todo el cableado del almacén en el callejón de Bretaún. Del mismo modo y antes de que se realizará la gran reforma de la Capilla Marraja, el citado electricista, al cual acompañe, cambio todos los cables de dicha capilla, recordando que estos eran de la época de antes de la Guerra. Por estas y otras razones, se me propuso como Consiliario de la Cofradía Marraja, siendo aceptado por el entonces Hermano Mayor D. José Luis Meseguer Jorquera.
Nombramiento de Consiliario 1986
Terminada la Semana Santa de 1988 y con 21 añitos recién cumplidos, me case y tuve la suerte de colocarme como Cajero Comedor en el Restaurante El Hidalgo, en el cual estuve hasta el año 2000 por méritos propios, concluyendo como Jefe de Comedor, además de continuar mi formación y ser Profesor de Formación Profesional Ocupacional con un 8,73 de Nota. Se preguntara la audiencia, por que por méritos propios, por que siempre hay alguien en la vida que tiene que ser más que el otro, sin ser nada, a eso se le llama envidia y codicia, cosa que un hermano cofrade no debe de tener.
Con Jefes de Cocina, Almacén y Francisco Jimenez
Restaurante El Hidalgo
Llegado el año 1989 y viendo que nadie se ponía en contacto conmigo para los ensayos de Semana Santa, realice una llamada, de la cual no me esperaba la respuesta (a otros si se les permitió no acudir a los ensayos y no por el trabajo, simplemente no les daba la gana), ante la pregunta de si podía dirigir los ensayos, conteste que todos no, ya que estaba trabajando, pero que habían otros oficiales que podían cubrir mi falta, NO, lo siento mucho pero NO CUENTO CONTIGO, esa fue la respuesta del Vicepresidente de la Agrupación de Granaderos Marrajos.
Valla palo, pasaba algo más, no era lógico, tantos años y de golpe esto. Mi propio jefe el cual era un Gran Marrajo y de la Piedad, me decía: ... todo llegara tranquilo, ya vera como vuelve su momento.., por lo que no salí en los años 89 y 90.
Y efectivamente llego el momento. Antes de comenzar la Semana Santa de 1990, se celebro una comida con hermanos cofrades en el Restaurante El Hidalgo. Llegado a los postres mi jefe Don Francisco Jimenez, me dijo que alguien quería hablar conmigo, y en esas que entraron a la zona de caja el Presidente de los Granaderos Jesús Egea, acompañado de algunos directivos de los granaderos. Nada más verme me dijo: nos tienes abandonados, como nos haces esto?. Me quede sorprendido, de la misma forma que se sorprendió el Presidente de la Piedad Francisco Rojas y hasta mi propio jefe. No sabia si se estaba quedando bien diplomaticamente conmigo, o simplemente desconocía la historia. El caso es que se dirigió hacia mi con la mirada fija y me volvió a decir,.. me ha dicho tu jefe que por el no hay problemas, que tiene permiso para salir, ¿es que no quieres saber nada de tus granaderos?. Hay me di cuenta que Jesús estaba descolocado, contestándole por mi parte lo ocurrido con la llamada del Vicepresidente. Rápidamente me dijo que si quería salir esa Semana Santa, a lo que le conteste que no iba a quitarle el puesto a nadie, y más habiendo concluido los ensayos.
El caso es que quedo en que me llamaría después de Semana Santa, para tener una reunión con el Vicepresidente en la Cofradía Marraja y aclarar el tema. En aquella reunión no hubo ningún reproche hacia mi, pero se me marcaba la condición de que mis cuñados no podían salir, por algo que había sucedido el Viernes Santo de 1988, y no era otra cosa de que un hijo de ellos que iba vestido de Cadete de Escuadra, salio junto al Cabo de esta (cosa que hoy en día si se permite en la Madrugada), a lo que se oponía el Vicepresidente, estando toda la Escuadra Conforme. Todo este tema, desconocido por mi parte, ya que en la procesión de la Madrugada me realice un esquince de tobillo y no pude desfilar el Viernes Santo, no se me comunico transcurrida la Semana Santa del 87, deduciendo por mi parte, que empezaba a estorbarle a alguien. Todo quedo en aquella conversación y otro año más no desfile.
Volviendo a las tareas transcurrida la Semana Santa de 1990, y llegando a un acuerdo con mi jefe, a cambio de mis vacaciones, comencé de nuevo las tareas de trabajo por las tardes en el Almacén de los Granaderos Marrajos, siendo nombrado Directivo el 6 de Marzo de 1992, otorgándome ese mismo año, la medalla de Primer Orden de los Granaderos, por mi entrega y colaboración, que no era otra, que la de trabajar por la Agrupación y vender mucha lotería, como queda constancia en los libros de actas, por parte del Tesorero Antonio López Palacios, además de pagar mis recibos.
Nombramiento de Directivo de la Agrupación de Granaderos Marrajos
Medalla de Primer Orden 1992
Desde 1992 a 2001, y siguiendo con la entrega hacia dicha agrupación, soy nombrado de nuevo Consiliario de la Cofradía Marraja en 1994, continuando con la venta de lotería, estando en el almacén, ayudando en el montaje y desmontaje del Cabildo de las yemas, reparando el Armamento de la Escuadra, pagando el desayuno del Tercio de Caballeros Cadetes del Viernes de Dolores, ya que mi hijo estaba en el desde 1992 a 2000, etc.
En lo referido a mi hijo que comenzó a salir de Cadete en 1992, en todo momento mantuve una exigencia con el de granadero, más que de padre, manteniendo en todo momento las normas y fecha de antigüedad, para sus cargos en el Tercio de Caballeros Cadetes. Este, es nombrado Escolta de Bandera junto a David Fondevila Herrero, en 1996, teniendo una antigüedad todos los componentes del Tercio de Oficiales Cadetes de 1993 en adelante.
Abanderados Cadetes de 1996
Foto - José María Navarro Cayuela
Es en 1999, cuando a los más antiguos del Tercio de Caballeros Cadetes, se les designan dichos puestos, Cabo de Escuadra: David Fondevila Herrero (1992), Oficial de Tercio: Alberto José López Tudela (1992), Guión de Mando: José Isaac Hernández (1993), Oficial de Sección: Ismael Salguero Sánchez (1993), quedando el resto como se detalla: 2 de 1993, 4 de 1994, 2 de 1995, 3 de 1996, 7 de 1997, 9 de 1998 y 8 de 1999. Estos datos que constan en el archivo de la Cofradía Marraja, apartado Granaderos, demuestran la clase de enchufismo que tuvo mi hijo, que no fue otra, que la de respetar por mi parte la antigüedad.
Viernes de Dolores de 1999
Ofrenda a la Stma. Virgen de la Caridad
Foto de José María Navarro Cayuela
Nombramiento de Consiliario de la Cofradía Marraja 1994
Entrega de una Placa a la Familia López-Tudela
Sábado Santo de 1995
Foto de José María Navarro Cayuela
Medalla de Martín Álbarez 1997
Foto de José María Navarro Cayuela
Placa a José A. López Truque
Sábado Santo de 1997
Foto de José María Navarro Cayuela
Escudo de la Agrupación a Laura Tudela Alcaraz 1997
Foto de José María Navarro Cayuela
Escudo de Oro de la Agrupación de Granaderos
Sábado Santo de 1998
Foto de José María Navarro Cayuela
Placa a Laura - Sábado Santo de 2000
Foto de José María Navarro Cayuela
Pues como se puede comprobar, mucho agradecimiento por una entrega silenciosa, sin sacar pecho, aunque las circunstancias actuales, hagan que se publiquen estos capítulos.
Una colaboración muy importante, que genero pocos gastos y bastantes ingresos, fue la idea de celebrar el Aniversario de la Escolta de Granaderos a Nuestro Padre Jesús Nazareno, por Hermanos de la Cofradía. En dichas cenas organizadas en los meses de noviembre de 1997 a 1999, hay que destacar, la colaboración de mis alumnos de los cursos de Hostelería, junto a la Directiva y algunos Granaderos de la Agrupación. Destacar también, la entrega de mi Jefe D. Francisco Jimenez Ballester, el cual decía desinteresadamente el local, para aquellas Cenas-Bailes-Bingo. El 10 de mayo de 1998 y con gran entrega, los Granaderos Marrajos, llevamos las mesas y barra de la Cruz de mayo, utilizando para ello, el material prestado del Restaurante "El Hidalgo", para dicha labor.
Cena de Veteranos 1998
Cena de Veteranos 1998
VEREDICTO DEL III CAPITULO: IMPOSIBLE DE IMPUTAR
